Mi tierra se despierta con beso sincero, y el rocío se cuela entre los pequeños brotes. Las hojas susurran en armonía, y el sol despereza sus dorados cabellos.
La primavera canta su rutilante himno, el amor se apodera de cada rincón, y los pájaros trazan sus vuelos alegres cargando la promesa de un día esplendoroso.
El viento acaricia el rostro de los campos, y recorre las sendas entre los árboles altos, y así, cada día se vuelve una danza, ya suena a risa, a infinito gozo.
Así, yo respiro cada nuevo amanecer, y el amor me asacia con su esencia, en esta tierra, donde las flores son palomas, donde los sueños florecen en cada estación.
- Tomás de Iriarte